domingo, 24 de febrero de 2013

allí donde estés.

Hoy te echo de menos. Más que otros días... Más que al principio cuando tuve que acostumbrarme a que los viernes nadie me contaría esas historias que tanto me gustaban. Más que cuando llegaba a tu casa y nadie me calentaba las manos bajo la estufa. Más que cuando fui cociente de que ya no estabas aquí para decirme lo orgullosa que estabas de mi, de cada paso que daba, de cada sonrisa.

Creo que jamás le he hablado a nadie de ti... No me preguntes por qué pero nunca fui capaz. Eras tan especial que nunca encontré  palabras que te hicieran justicia para describirte, nunca podré hacerlo. Nací contigo  crecí contigo, pero yo sé que de el camino que hice a tu lado he obtenido de ti todo el cariño, amor y el saber de una vida que tu me has trasmitido. Ahora ya no estás junto a mi, pero aquellos buenos y malos momentos seguirán entre nosotras, nuestras charlas, vacaciones y mis pequeñas enfermedades siempre pasadas junto a ti. La tuya la fuimos pasando juntas aunque a ti a veces se te olvidara que día iba a ir a verte.

Hoy hace... hace tiempo que nos dejaste. Ya sabes que nunca me gusto contar los días, ni los meses, ni los años en los que tu ya no estás en mi vida. Pero hoy, hoy hubiera necesitado descolgar el teléfono y contarte todo, como siempre hacia cada vez que tenia un problema. Eras con la única que no me costaba abrirme, quizás sea porque se te daba muy bien escucharme.

Hoy he echado de menos tus consejos, sé que tu ahora tendrías las palabras exactas, sé que tendrías la solución, siempre las tenías... para todo. Sé que tu me abrazarías y me dirías que todo va a salir bien, cosa aún no he escuchado. También sé que tu no querrías que yo tomara esta decisión, pero jamás me lo dirías. Siempre confiaste en mi, aunque me estuviera equivocando, y eso era lo que me daba confianza, lo que me hacia fuerte y valiente.

A veces pienso que soy como soy gracias a ti, porque en cierto modo ibas marcando mi camino sin quererlo. Sabias que nadie podría meterme prisa, que haría las cosas cuando me tocaran. Dicen que cada vez me parezco más a ti, que tenemos el mismo carácter y la misma sonrisa. Ojala algún día sea la mitad de lo que tu fuiste, ojala.

Que rápido pasa el tiempo, antes te contaba que alguna amiga mía no quería jugar conmigo y hoy te habría contado que estoy tan pérdida que no sé como encontrarme.

El tiempo pasa muy a mi pesar, y ya no soy aquella niña que sentabas en tus rodillas para que dejara de llorar. Y a quién quiero engañar nadie puede tomar decisiones por mi y nadie va a saber lo que mas me conviene mejor que yo misma. Quizás sea verdad que soy cobarde, que no soy lo madura que pensaba ser y que no se equivocaron los demás y me equivoque yo, quizás sea verdad que todo esto me viene grande. Pero no hay más verdad que esta, y necesito ser feliz. Tú me entenderías o eso creo, porque ya no creo en nadie, ni en mi misma.

La mayor decepción viene después de saber que has decepcionado a los que te quieren, y yo lo he hecho. Por eso también sé que tu hoy estarías decepcionada por mucho que me apoyaras. No sé que voy hacer, y tampoco sé si voy a encontrar la manera o voy a ser capaz de ser feliz, pero no me voy a rendir pase lo que pase.

Sé tantas cosas que no sé lo que soy. Solo espero que estés donde estés, te sientas orgullosa de mi.

Hoy te echo de menos porque ya no estás aquí y me gustaría que estuvieras.



No hay comentarios:

Publicar un comentario