lunes, 3 de marzo de 2014

Para ti, de mi.

Al despertar esta mañana tenia la hermosa sensación de encontrarte a mi lado, podía olerte, sentirte respirar, tu calor al otro lado del colchón. Al abrir los ojos me tope de bruces con la maldita realidad, con la que me parte en mil pedazos, sabiendo que esa sensación no había sido más que un sueño. Igual que casi todas las noches pasadas, en las que solo puedo oírte, besarte, tocarte... entre fantasías de ensueño. Porque ya no eres mi realidad, te fuiste de ella.

Me sigo despertando cada mañana esperando tu mensaje de buenos días, revivo esa terrible sensación cada día, sin que ningún día pase.

Hoy después de 30 meses, es el primero en el que mis palabras no te van a llegar. El primero en el que no te tengo, no puedo decirte te quiero, ni lo feliz que me haces aún estando lejos. Te echo de menos.

No sé cuándo ni por qué se acabo nuestro amor, ni si quiera sé donde guardar cada recuerdo, cada ilusión, cada plan de futuro compartido contigo, y es que ahora mi alma siente que el futuro no existe si no estás tú.
Quizás como dice esa canción, se nos rompió el amor de tanto usarlo... Pero estás tan dentro de mi, que no sé como sacarte.

Todo me recuerda a ti. Al despertar pienso si tú estarás pensando en mi. Cada rincón de mi habitación me recuerda ti. Me enfadaba ver las llaves encima del escritorio, que dejaras el abrigo en la silla, que te metieras en la cama con ropa nueva, que me quitaras la manta, que me abrazaras mientras me vestía dentro del vestidor, y que nunca me dejaras que terminara de ponerme la ropa. Me enfadaba porque me volvías loca, y me hacías amarte en cada enfado, porque nunca podía odiarte. Porque en el fondo me encantaba que dejaras las llaves encima de la mesa, pero si no te echaba la bronca, me perdía esa sonrisa que ponías mientras pensabas ''son sus manías''.

Puedo sentir el olor de tu cabello, el tacto entre mis manos, las caricias en tu espalda, cada beso, cada abrazo, cada sonrisa. Te me has pegado a la piel, tanto que ni a jirones consigo sacarte de mi. Y entonces me pregunto por qué te has tenido que ir tú también. Eras mi fuerza y motor, mi pasado, mi presente y mi futuro, eras todo a lo que aspiraba en la vida, eras mis sueños, mis ganas, mis ilusiones, mi niño pequeño, mi amigo y compañero, eras mi vida.

Dónde guardo las promesas, los te quiero, los sueños, los planes, el amor, los besos, las ganas de luchar, tus palabras de ''nosotros sí podemos'', ¿donde guardo todo eso? No encuentro, cajas, ni cajones, ni un mundo lo suficientemente grande como para guardar el amor que queda en mi.

Sé que no leerás esto, que posiblemente nadie lo lea, pero se lo estoy diciendo al mundo entero. Eres mi noche y mi día, y cuando no estás no existe nada, solo el vacío inmenso que queda en mi. Te regalo un te quiero multiplicado por treinta y uno, para que ningún día del mes te falten.

Para ti, el infinito si, de mi el contaste sí podemos.


De mi puño y letra, firmado con tu amor.