sábado, 11 de junio de 2011

El te odio más bonito.

Ella estaba sentada delante del ordenador como casi todas las noches desde hacía ya algún tiempo. Tenía el auricular del IPod puesto, algo absurdo, ya que lo tenia apagado. Tecleaba a la vez que leía cualquier artículo de algún periódico sin importancia alguna... Echaba de menos a alguien, pero no quería aceptarlo.

Y entonces-como ella estaba esperando inconscientemente- apareció en la esquina de su pantalla esa ventanita que le indicaba que él estaba ahí, que ya había llegado. Y entonces un escalofrío inmenso le recorrió todo el cuerpo, se sentía mal, dolorida emocionalmente por algo que había hecho y no era capaz de perdonarse.

África esperaba recibir un saludo de parte de ese chico, pero sabia que no lo merecía. Pero sin sentido alguno, y para su sorpresa, él hizo de tripas corazón y le hablo.

-Holaa! ¿Qué tal? - estaba temblando, no creía lo que veía, como podía hablarle después de lo mal que se había portado con él- ¿Cómo te ha ido el día?

-Bien, un día normal... Y tú, ¿ Cómo estas? - contestó África.

Habían pasado ya varios minutos y la respuesta se demoraba aún, estaba comenzando a ponerse nerviosa.

- ¿Por qué no nos vemos? Quiero que hablemos -respondió el chico, para sorpresa de África- necesito estar contigo.

- Después de todo lo que te he hecho, ¿te planteas aún quedar conmigo? No lo entiendo.

- Lo único que tienes que entender es que te quiero, me encantas, y estoy dispuesto a luchar por ti independientemente de lo que me hayas hecho o no. Te perdono, empecemos de cero.

En ese momento, África se sintió más culpable que nunca por lo que había hecho. Él la había perdonado, la quería y ella sentía como poco a poco el mundo se le iba cayendo encima.

- Aunque tu me perdones yo jamás olvidaré lo que he hecho, las cosas no volverían a salir bien.

-Confía en mi - le respondió inmediatamente el chico- No tengas miedo, pero no dejes que esto acabe, si no lo intentas nunca sabrás hasta donde puedes llegar.

-Busca a otra que sepa quererte como te mereces, yo no soy la persona adecuada. Quizás mañana salgas a la calle, tropieces con alguna chica y plaf como por arte de magia, sea el amor de tu vida.

-Si mañana salgo a la calle y me tropiezo con alguien, quiero que ese alguien seas tu. Quiero que seas la chica de este año, la del que viene y la de todo los que tu quieras ser. Te quiero a ti.

África no creía lo que estaba leyendo, le estaba demostrando el amor que sentía por ella, la quería. Y ella solo podía sentir miedo y culpabilidad.

- Dime que me odias, dímelo una vez aunque no lo sientas, necesito escucharlo para que esto que siento se haga menos irritante.

-Sabes que no puedo decirte eso- el chico se negaba a decir algo así- No es lo que siento.

-Dímelo, por favor.

- Te odio.

-Te quiero- contesto África sin pensarlo- perdóname.