martes, 27 de diciembre de 2011

Lágrimas preciosas.

Como cuando era pequeña y compartía juguetes en el patio del colegio con el chico que me gustaba. Como cuando estaba en primaria y el guapo de la clase quería sentarse conmigo. Como cuando comencé el instituto y me pidieron salir por primera vez. Como aquel primer cosquilleo y temblor de piernas al ver a ese chico especial. Como aquella primera cita y aquel primer beso. Como aquella primera vez que sientes amor hacia otra persona. Como la amistad que sentiste por aquel amigo que no se fue jamás. Como ese sentimiento de satisfacción al conseguir lo que te proponías.

Como todos esos sentimientos, pero a la vez. Sí. Mezclados, revueltos, sin orden, fuertes, ingenuos, sinceros y poderosos. Todos ellos sin más, sin un por qué, sin poder dar explicaciones, con sentido o sin el. Como sea, que más da. Eso es lo que siento en este momento.

Porque me arrepiento cada día más de cada vez que pensé no puedo con esto, por cuantas veces intente decir en voz alta se acabó lo nuestro, por todas las palabras mal dichas, los desplantes y los desaires que tuve contigo, porque sí, porque me arrepiento.

Adicta a tu sonrisa, a tus besos, a tus manos, a tu mirar, a tus caricias. Adicta a ti, y nadie más.

No quiera más días malos, ni tormentas. Y es que amor, ya todo me da igual... lo único verdaderamente importante para mi es tu felicidad. Me da igual todo hasta el punto de amar sin medidas, de quedarme sin aliento, de rajar mi piel con recuerdos.

Porque me has enseñado tú a disfrutar del momento, a cerrar los ojos y dejarme llevar. Porque me puedes y nunca pensé verdaderamente que lo nuestro fuera a funcionar, y sin embargo esto es tan grande que se me va de las manos, que no soy capaz de controlarlo, que me lleva y me trae. Algo que me cuesta aceptar, que en momentos determinados me cuesta crees, que ciertas noche pienso debe de ser un sueño.

Sé que soy para ti, y tu para mi. Y no hay más. Dos piezas totalmente imperfectas de un rompecabezas que encajan con la mayor perfección. Me haces feliz hasta el punto de llorar de alegría, sintiéndome viva al ver tu sonrisa. Sí, soy feliz, más que nunca, más que con nadie, más que en cualquiera de estos últimos días.

Porque mi amor eres ese rayo de sol que entra por mi ventana, eras esa palabra de consuelo, y esos ojos a donde mirar. Eres todo lo que quiero que seas, y eres de lo que nunca, y digo nunca, me quiero separar.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Un poco más para ti.

Cuatro paredes, distinto color. Tres deseos, que me beses, que te dejes besar y que nos besemos. Dos cuerpos, el tuyo contra mio y el mio contra el tuyo. Y un solo sentimiento, querernos.

Estoy sentada, y me esperas. Pero no soy de las que se lanzan a la primera. Te hablo y me hablas. Te hago enfadar, y me encantas. Yo mientras sonrío, tu sin embargo me extrañas. Y entonces te acercas, y me observas muy cerca. Miras mis labios, me quieres besar... profundizo en tu ojos, me dejas pasar. Y entonces con una sola mirada nos entendemos. Esas miradas silenciosas en las que dices sin querer en las que delatas las verdades, y aunque intente parar, sabes que mis ojos nunca mienten.

Me tomas por la cintura, te rodeo con mis brazos. Me dejas de caer suavemente en la pared.
Conviertes su frialdad en tibieza, y la dureza en comodidad. Una, dos, tres, cuatro paredes... por todas me llevas. Todas son nuestras.

Y entonces sucede, mi nariz se roza con la tuya. Jugamos a ver quien puede más. Pero no podemos... me besas, te beso, nos besamos. Me acomodo en tus labios, me relajo en tus brazos.
Y se para el tiempo, desaparece el universo. Ay amor, ¿dónde estoy? ¿dónde estamos?

Te paseas por mi cuello con tu delicadeza propia. Yo apenas me muevo, me bloqueas. Me sigues besando, tu mano acaricia mi costado. Reacciono. Te beso. Más fuerte que nunca, mas suave que nadie. Entonces tu pasividad se convierte en locura. Subimos por las escaleras de los placeres prohibidos, me acomodas en tus sábanas como si fueran mías propias. Y entonces me abrazas sin dejarme escapar, me haces tuya. Y no opongo resistencias, es más quiero serlo.

Y entonces tu veneno se entremezcla con mi cuerpo. Me olvido de todo y de todos. Ahora sólo dos cuerpos, el tuyo contra el mio y el mio contra el tuyo. Mi mano en tu pecho, mi boca en tu cuello, tu mano en mi espalda, tu aliento en mi pecho. Nos sobra todo, el abrigo, las preocupaciones, las dudas y los miedos. Queremos ser uno, un solo cuerpo. Mientras tanto me miras, y recorriendo palmo a palmo los secretos de tu ser. No sabemos donde tenemos las manos ni si quiera donde hemos dejado la cordura. Quizás sea el placer de ser amados nos condujo a la locura. Sí a la locura más buscada y de la que ninguno nos queremos desprender.

Y en ese momento, donde estallan los corazones, donde las mariposas del estómago están más inquietas que nunca, donde convergen dos almas, donde se muerde la locura, donde todo acaba. En ese instante sabes que amas más que nunca.

Vuelve la calma, y me encuentro en tus ojos. Ahora todo está en silencio. Te sientes más relajado que en cualquier otro momento. Suspiro. Observo la belleza más esplendida que mis ojos hayan visto. Dejo de caer mi mano en tu pecho, y me acomodo en tu cuello. Escucho tu corazón, que casi grita sin quererlo. Ahora tu respiración y la mía van al mismo ritmo.

Miro a todos lados, los rayos de sol se fueron con nuestro placeres, ya ha caído la noche y por la ventana apenas entra unos pocos rayos de luz. Esa luz que hace este recuerdo más bello. Que paz mas inmensa, que silencio más ruidoso, que efímero momento.

Notas mi tristeza porque ahora me debo marchar. Lentamente punteas mis costillas, clavas tus dedos en ellas, las acaricias... Y entonces encuentras mi debilidad, y me haces reír. Sí rió a carcajadas, y tu ríes conmigo. Y ríes porque sabes que me haces feliz, y entre cosquilla y cosquilla nuestras miradas se cruzan, paramos el tiempo. Sin decirnos nada sabemos que momentos como este son los que queremos hacer nuestros, momentos donde no nos haga hablar para entendernos y donde la risa cubra todo lo malo.

Y entonces, ese sentimiento, ese único sentimiento que dos personas como nosotros, como tu y como yo podemos tenernos. Y es el querernos, el amarnos por encima de todo.


Déjame poner siempre esas cuatro paredes para que mis tres deseos se cumplan a la vez que unimos nuestro cuerpos, por el simple placer de querernos solo como nosotros sabemos hacerlo.




Ya lo sé.

No estás, no te ves, no te encuentras. Cierras y abres los ojos mil veces, intentando que esa realidad sea menos dolorosa. Te miras, te miras, te miras ... Pero no te ves. De frente, de perfil, de espaldas... te aprietas, te arañas... No te ves, no, no te quieres ver.

Jamás lo haré, piensas... Mentira. Lo haces. Sí, lo haces y lloras... lloras y lo haces.
Y ahora... ¿ahora qué? Podré con ello, sí, claro que podré. Mentira. Nadie puede.
Ahora te ves, pero ya no eres tu. Decepción. Y llega el día, explotas. Lo dices en voz alta. Duele.
Consejos, palabras, desacuerdos, incomprensión. ¿Sabes lo qué es? Pues entonces, cállate.
Te prometo jamás lo volveré hacer. Mentira. Mentira otra vez.

Se rompe todo. El cristal, el silencio, la mentira y la verdad. Se sale la pieza del rompecabezas, se escapa el rayo de sol, se secan las nubes, vuelan las flores, florecen los pájaros, el aire se hace visible. Lo imposible parece posible, pero no deja de ser menos complicado.

Y entonces sucede.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Un nuevo despertar.

Despierto, y sin abrir los ojos inspecciono mi alrededor, escucho una respiración tranquila, y ese perfume tan dulce y familiar me hace sentir en el paraíso. Abro los ojos y veo los primeros rayos de luz atravesar las cortinas y dar a la habitación un color especial. Miro a mi lado izquierdo, y ahí esta él, como todas las mañanas... tan perfecto como siempre. Esta despierto y sonríe. Me besa en los labios, un beso cálido y alegre. Se deshace rápidamente de las sábanas y sale de la cama.

Me quedo sola en la habitación, que ahora está vacía sin él. Salgo de la cama de un salto y miro sonriente la última foto que nos hicimos juntos. Abro el armario y cojo rápidamente una camisa azul que me regaló en mi pasado cumpleaños. Me visto rápido, recojo mi pelo de forma improvisada y a toda prisa bajo las escaleras. Te busco en el salón pero ya me esperas en la cocina. Estas de espaldas y te abrazo lo mas fuerte que puedo. Buenos días mi amor. Ya me has preparado el desayuno, tal y como a mi me gusta, como todas las mañanas. Todos los días parecen perfectos al lado de la persona que quieres y todos los desayunos saben mejor si los puedes compartir con él.

Llega la hora de irnos a trabajar, me besas entre risas. Me cuesta trabajo separarme de ti. Pero siento como el día pasa, mientras pienso dónde estarás o qué estarás haciendo. Quizás estés pensando en mi. Cuanto te extraño.

Por fin llego a casa y tu aún no has llegado. Decido esperarte en el sofá. De pronto veo por la ventana aparecer tu coche, y mi estómago se estruja, el corazón late más fuerte. Como al principio de todo, como los primeros días.

Abres la puerta y me buscas por todos lados. Pronuncias mi nombre como jamás nadie lo hace. Me encuentras y salto a tus brazos. Te he echado de menos me susurras al oído. Acaricias mi espalada, besas mi cuello. Te abrazo más fuerte que nunca, te quiero. Nos dejamos llevar por el deseo de la piel, reímos, disfrutamos, nos queremos. Y entonces en el instante más perfecto, cuando nuestros cuerpos pasan a ser uno solo. Despierto. Todo ha sido un sueño. Tú no estás a mi lado al despertarme, ni me esperas para desayunar, no saldremos juntos al trabajo, ni nos veremos al regresar.

Suspiro. Y me doy cuenta de que aunque todo haya sido un sueño, no dejará de ser una realidad. Sí lejana quizás, pero no menos ilusionadora que cualquier otra ilusión. Porque quiero que me cuides y cuidarte yo a ti. Hacer la cena y deshacer la cama juntos. Sentarnos en el sofá, ver películas, leer, reírnos. Discutir y reconciliarnos . Querernos. Amarnos. Me encantaría entrar por la puerta y verte ahí, en el comedor, con miles de besos esperándome. ¿Me abrazas? Dejar pasar el tiempo. Mirarte recién levantado y mientras duermes. Conocer tus gestos. Estar enamorada de ti. Olvidarme de todo. Me haces pasar frío y calor. Sentir pasión y querer más. Desearte a todas horas. Y amar nuestro amor. Esta locura, mi precioso sueño. Sueño. Contigo. Te amo. Soy tuya para siempre, ese siempre que los dos creamos. No me dejes nunca, aunque estemos lejos.

¿Por qué? Porque esto es amor, por cada palabra, por cada beso. Porque me enseñas lo malo y lo bueno, porque nunca me mientes, porque me encuentras cuando estoy perdida, porque me quieres. Por todas las peleas. Por todo aquello que vivimos y que haremos. Por mis ojos cuando miran a los tuyos.Por ese 29 de junio y ese 3 de septiembre. Porque eres tu y soy yo.

Por los escalofríos y silencios. ¿quizás sea demasiado pronto para todo esto? Sí, porque puede mañana todo haya acabado. Porque puedes estar equivocado y me puedo estar equivocando. Porque los sueños no son más que el reflejo de los sentimientos. Y soy feliz, y eso nadie lo cambia. La vida me da razones. Y él es la principal. Por una eternidad lejana. Porque ya no le tengo miedo a nada.

Por ese amor que nos hace ser una sola alma. Sí, por ti y por mí.





jueves, 13 de octubre de 2011

La perfección en persona.

Si tuviera que colocar la palabra perfección, en algún lugar, en algún objeto, en cualquiera de las miles de cosas que me rodean, sin duda alguna, la colocaría en ti. Si alguien me preguntara por qué...

Comenzaría a describirte, pero solo como yo te conozco... Y empezaría por tus ojos, esos que dan vida solo con mirarlos, esos mismos donde noto cuando algo no va bien, esos que reflejan la superación diaria, la madurez inhumana, el miedo a nada. Ojos de mirada profunda, y de profunda mirada.

Y seguiría por tu boca, puertas del paraíso de tus besos. Besos tiernos con sabor a caramelo. Boca que habla sabiendo callar, boca que espanta cada malo recuerdo, boca que desprende el alieno más dulce, boca que susurra y pronuncia sin miedo los te quiero más verdaderos que jamás nadie escucho.

Déjame hablar de tus manos. Las más tiernas que conocí en mucho tiempo. Manos que tienen la capacidad de secar lágrimas y dibujar sonrisas, esas mismas que me acarician en las tarde tranquilas, las que me agarran y jamás me sueltan. Las que quiero apretar bien fuerte el resto de mi vida.

Quizás tengas la innata capacidad de hacerme reír y llorar a la vez. Sí, la tienes. Puedes poner mi mundo del revés, pues hacer de lo malo algo bueno, y de lo bueno algo malo. Ya que no siempre es lo malo lo peor y lo bueno lo mejor.

Y tu forma de ser, de ver las cosas... me toma, me lleva, me arrastra... allí por donde vas, siempre te sigo. Y te apoderas de mi cuerpo. Y me besas como a mi me gusta, como tu sabes hacerlo. Me abrazas, me haces cosquillas, me acaricias la mejilla... una, dos, tres veces más y ya estoy perdida.

Eres la perfección en las noches de lunas, de los días claros. Eres la brisa fresca del mar en las playas desiertas. La lluvia que moja, y limpia el ambiente. La humedad que rocía los pétalos de las flores en primavera. Un cielo estrellado. Eres el silencio de un ángel, eres el que todo lo calma.

Deja las modestias a parte, y no subestimes mi encanto... que yo por ser como soy, elegí tu risa, elegí tu llanto. Tienes todo lo que busco, me das todo lo que pido, eres todo lo que quiero, y te quiero aquí conmigo. Así que lo crean o no, eres lo mas cercano a la perfección que conozco, porque por mucho que digan no, pues si, para mi la perfección existe, y se asemeja a ti. Y lo eres porque no pretendes serlo.

Porque la perfección no consiste en ser perfecto ante los ojos del mundo, si no en serlo para la persona que pretende ser tu mundo.

Y tú para mi, eres perfecto.





sábado, 24 de septiembre de 2011

El principio de lo ignorado.

Y si alguien te preguntara cuándo me conociste, ¿qué responderías? Si tuviera que contarte el principio de nuestra historia, quizás por ese tiempo,más mía que tuya. Si tuviera que hacerlo no lo esperarías. No serías capaz de imaginar cuantas noches han pasado desde que conocí tus ojos.
Si tuvieras que decirme un día exacto, no andaría mucho mas atrás que unos poco meses. Estas equivocado. Te sorprendería si te dijera que hace incluso más de un año.

Hace mucho tiempo que yo sé de ti, sin tu saber de mi.
Hace tiempo que sé de tus gustos, hace tanto que conozco tu canto.

Quizás debas saber que te conocí de casualidad, que fue una noche de junio y no de este año. Que nos presentaron entre mucha gente y con música de fondo.Para ti yo pasaría a ser una más, otra cualquiera, pero tu nombre en mi se quedo grabado.

Si supieras que recuerdo incluso la ropa que llevabas puesta. Si supieras... si supieras tantas cosas. Y por aquel entonces todo quedo ahí. En una de estas presentaciones por compromiso. De las que se quedan en nada.

Pero el tiempo pasó y se volvió contra mi. Y nos cruzamos en alguna ocasión, una de esas noches de marzo. Y sin razón alguna hablamos, intercambiamos palabras y risas. Sin saber ni tu ni yo lo que el destino había preparado para ambos.

Tras un año, llego junio... Increíble, allí estabas en el mismo lugar que la primera vez. Me volví a fijar en ti, y reí pensando lo irónica que resultaba la vida a veces. Y como se suele decir, el tiempo pone cada cosa en su lugar. Y así fue a mi me puso en el sitio exacto.

Tu mirada se cruzo con la mía. Nos sonreímos y pensé no, es imposible. Pero te acercaste, bailamos, nos reímos. Y sin darnos cuentas, nuestros labios se rozaron, así sin más. Y esa noche me elegiste a mi entre muchas otra. Esa misma noche en la que un año atrás nos habían presentado. Y desde entonces todo cambio.

Y ahora dime si no es verdad que cada cosa tiene su momento. El destino así lo quiso, y este es el motivo de lo nuestro. No es una historia cualquiera, es la mía propia. Es el principio de todo, es la magia del tiempo, es lo que nunca supiste y ahora yo te cuento.

Es ni más ni menos, lo que ambos merecíamos desde el primer momento.



domingo, 11 de septiembre de 2011

No quieres, si no amas.


Cuando las palabras no te salen, y sientes como si alguien te presionara la boca.
Cuando el corazón se encoje y todos los sentimiento se magnifican.
Y te besan en los labios, y con un simple aliento te cambian la vida.
Cuando eso ocurre, te das cuentas de que el afecto ya no es solo eso, si no que se convirtió en un cariño especial.


Cuando en con una mirada, sin ni si quiera rozarte, te dan los besos más adorables.
Cuando te cogen las manos, te ponen frente a frente y te dicen te quiero.
Y te llevan al paraíso más prohibido, allí donde hay locura por excelencia.
Cuando eso ocurre, te das cuenta de que ya no es solo cariño, si no que hay algo más.
Te das cuenta que estas comenzando a querer.


Cuando las palabras no bastan y necesitas sentir cuerpo a cuerpo.
Cuando al despertar lo piensas, y al acostarte lo extrañas.
Y el miedo inunda tu cama, y las dudas asaltan las verdades más claras.
Cuando eso pasa, cuando ocurre de verdad.
Te das cuenta de que,ya no es que hayas comenzado a querer,si no que amas.



Cuando te aseguran la felicidad verdadera y sientes el cielo cada vez más cerca.
Cuando en un beso te regalan la vida, y te sientes por fin correspondida.
Y te convierten la inseguridad en certeza,y te hace llorar de alegría.
Entonces solo entonces, con esa primera lágrima de felicidad,te das cuenta, que ya no es afecto, ni cariño, ni si quiera quieres ni amas...




Te das cuenta que lo que de verdad te pasa es, que en lo poco en lo mucho...quizás más tarde o más temprano, acabarás enamorada.
Y eso que a todo el mundo asusta, eso que parece tan grande,
a mi ya no me importa.
No me importa si es contigo, y es de ti de quien lo hago.

No habrá miedo ni tormenta que pueda arrebatárnoslo.






domingo, 4 de septiembre de 2011

De principio a fin.

La luna ilumina la habitación, y todo parece calmado.
Yo sentada en el colchón de los sueños deseados. Y apareces como el silencio de la noche.
Rozas mi espalda con tus dedos callados, mi mirada perdida más allá de la ventana.
Un escalofrío recorre mi cuerpo, pero aún así no me muevo.
Ahora tus labios acarician mi cuello, y sin apenas quererlo entrelazas mis dedos.
Siento tu respiración en mi cuello, noto tu corazón en mi espalda, y me abrazas,
me abrazas como si se te fuera la vida en ello.
Giro mi cara, nuestros labios se buscan, se rozan suaves, cálidos...
Y poco a poco me besas, te beso, nos besamos.
Ocupamos el colchón, de lado a lado. Paramos la noche, rompemos la calma.
Y sin quererlo no hayamos sumergidos en la inmensa locura,y nos dejamos llevar.Nada importa.
Ahora con ganas, con pasión. Nos amamos. Te siento cerca, me templas la piel.
Nuestros corazones se disparan y hacen de la noche una carrera de almas.
Me susurras al odio que me quieres, y me aturden tus palabras, me nublas los sentidos.
Se me olvida todo y abandono el mundo. Me haces tuya entre tus brazos.
Besos, caricias, palabras, abrazos... Locura la nuestra.
Ya dan la media noche, y ahora todo acabado. Me encuentro mareada de tanto afecto.
Acurrucada en tu pecho descanso. No me lo creo.
Busco tu cara y te encuentro dormido. Contemplo la belleza más perfecta.
La luna ilumina nuestros cuerpos de tibia locura. Noche perfecta.
Te vuelvo a mirar, duerme cariño. Estoy aquí, contigo.
Y me abandono en el sueño.
Amanecer contigo, es lo que quiero.

.

Todo lo que quiero.


Dime cuántos días han pasado. Dime cuál fue el momento en el que entre en tu vida para que no quieras que salga de ella. Dime que todo saldrá bien. Dime que me quieres y nada más importa. Dime que ésto jamás acabará mientras esté en nuestras manos.

No son dudas, ni lo serán nunca. Estar contigo me hace sentir segura. Pero entiende que quizás sean demasiados cambios. Que mi cabeza no da para más y ahora toda me parece extraño. Son demasiados los sentimientos que tengo que clasificar y ni si quiera sé por qué lo hago.

Demasiado importante eres para mi. Demasiadas son las ganas de encontrarme entre tus brazos. Demasiado grande este giro de 360º. Demasiado pequeñita para tanto cambio.

Te quiero. Y que no haya duda alguna, ni te lo cuestiones, ni pienses que es un sentimiento en vano.

No te alejes demasiado. No me subestimes ni me hagas sentir lo contrario. No intentes quererme como el que más, porque eso no es lo que yo ando buscando. Solamente hazme sentir tuya, entre tus brazos. Regálame de esas lunas que los dos tanto amamos. Déjame que te quiera a mi manera y de a poquito, déjame enseñarte que las cosas se hacen despacito. Deja que sea el tiempo el que marque el ritmo, que cada amanecer sea un nuevo sentimiento, y que cada noche seas tan mio como tuya seré el resto de mi tiempo.

Quiero marcar la diferencia. Quiero hacerte amar. Quiero que al cerrar los ojos desees mis besos, como yo anhelo los tuyos. Quiero que jamás te canses de lo mucho que te quiero. Quiero dejarte ese sabor especial cuando me deba marchar. Quiero dejar mi aroma en ti. Quiero que paremos el tiempo y lo hagamos nuestro. Quiero ser tuya, como tuya ya soy.

Quiero todo lo que se pueda querer siempre que seas tu el que esté a mi lado.



miércoles, 31 de agosto de 2011

Carolina se enamora.

Que nuestra vida es nuestra y que nadie nos regala nada, que somos nosotros los que la construimos en función de nuestros verdaderos deseos. Sólo que hay que tener mucha fe, porque, de otra forma, ocurre justo lo contrario: nuestros miedos toman la delantera, somos nosotros mismos quienes lo echamos todo a rodar, y culpamos de ello a los demás.

Federico Moccia

lunes, 15 de agosto de 2011


Ya tengo yo el conocimiento exacto,
ya no te pido nada de lo que yo no me pueda hacer cargo.
Ahora sólo hace falta que tú
me digas que quieres ser parte de mí, al igual que yo parte de ti.

Ya no pretenderé hacerte el cuento más largo...
pero alargaré cada instante contigo.
Ahora ya no pongo más excusas, prefiero mojarme y arreglarme más tarde.
Sigo teniendo la intención de quererte,
de quererte hasta que se apague mi sol.
Entre nosotros han cambiado muchas cosa,
pero eso,eso es lo único que no ha cambiado.

Que no lo dejes para después, yo no lo haré.
Quizás sea verdad que todas las cosas tengan su momento,
búscalo... busquémoslo.
Ese momento exacto... ese punto,
donde convergen los sueños,
donde converge lo nuestro,
donde convergemos.

Entre tu y yo...

Es como ese rayo de sol que entra por la ventana en los días de verano... cálido muy cálido.

Es esos dedos deslizándose desde mi cuello, pasando por mi espalda y acabando en mi cintura... una caricia bonita, delicada de esas que te hacen cerrar los ojos y respirar profundo. De esas que deseas que nunca sean terminadas.

Es ese beso que te aprieta en el estómago, que te abre los sentidos y te endulza el corazón. El que hace que todo te de vueltas, la locura verdadera, el sentido del amor.

Es ese abrazo silencioso que esperas en el momento más calmado, y te llena de sonidos los días más nublados. El que te hace sentir como en casa, protegida, querida, desea... tus abrazos.

Es esa mirada profunda, que a pesar de ser mirada dice más que mil palabras. Quizás sí, mirada convertida en palabras y palabras que no faltan a la hora de decirnos, muy bajito y bien cerquita los te quiero más bonitos.

Será un error convertido en acierto, o el acierto más erróneo que jamás he cometido, pero siendo acierto o error yo te quiero conmigo.

Que no faltará jamás ese rayo de luz en nuestras mañanas... después de mil caricias enredadas en sábanas donde quedarán plasmados los besos más sentidos y perdidos entre ellas cada abrazo involuntario, simplemente deseados, que tendremos que buscar entre mirada y mirada para poder encontrarnos.

martes, 9 de agosto de 2011

mi locura♥


Sentir tus dedos acariciando mi espalda, mientras mis labios rozan los tuyos... dos corazones que palpitan quizás ahora al mismo ritmo. Sin límites ni fronteras que hagan lo nuestro algo prohibido, solo la locura verdadera de querer y ser querido.

Un secreto a voces, un suspiro ahogado, un sentimiento inocente, un sueño alcanzable, un paraíso extraordinario... es algo que solo tu y yo podemos darnos.

Dejarse llevar... uno, dos, tres besos y cuántos más. Abrazos, suspiros, te quiero susurrados al oído... tu aliento en mi cuello, mi mano en tu pelo. Todo se desvanece, los malos recuerdos, las discusiones absurdas, el miedo y la sensación de estar a punto de caer de un precipicio... ya nada ahoga mis pulmones. Ahora no quiero nada más que estar contigo.

Que no hay miedo, que todo se fue. No vale la pena dejar escapar lo que puede ser tuyo, ni las medias sonrisas ni las palabras vacías, nada, nada vale.

Cuando se mira a una persona y sabes de sobra que poco importa todo lo demás. Cuando de 24 horas del día, 30 estas pensando en él. Cuando la locura inunda tu cuerpo y eres capaz de hacer cosas que jamás pensaste que harías. Cuando lo besas y sientas esas infinitas ganas de no separar tus labios jamás. Cuando vas contra las reglas. Cuando das aunque no te hace falta recibir nada a cambio. Cuando el que dirán no tiene valor ninguno. Cuando te sientes quizás la persona más afortunada del mundo. Cuando el corazón corre demasiado deprisa y las piernas se te aflojan. Cuando su risa inunda el silencio y sus besos saben a miel... Cuando todo eso ocurre, te das cuenta.

Te das cuenta de los miles de detalles que rodean tu vida, y de que en ese mismo instante has empezado a querer. Y sabes a ciencia cierta, que tu no lo has elegido ni que él te ha elegido a ti. Aunque lo quieres en tu vida.Pero sin motivos y sin dar explicaciones, apareció en mi vida para ponerla toda patas arriba, y yo que siempre he odiado el desastre no hay cosa que adore más en este instante. No sé porque te encontré, ni si quiera porque sucedió. No sé si soy lo que buscas o si te arrepentirás de todo esto. También me pregunto si aceptas mi manera de ser, mis desaires, mi extremos, mi ideología... sí, quizás no sepa nada.

Pero poco me importa los desastres que seamos, que desmontes mi mundo, poco me importa que vengas para salir por el mismo lugar por el que entraste. Lo importante, es que ahora estas aquí, conmigo. Tu en mi mundo y yo en el tuyo.

Y entonces ahora sé, que después de aquel juego que comenzamos un día, lo que vino más tarde y lo que hemos conseguido hasta ahora, ha valido la pena. ¿Cuánto durará? Ni lo sé ni me importa. Por mi no hay límite de días.

Al menos yo, no miraré hacia pasado, ni si quiera hacia el futuro. Para mi en este momento lo único que cuenta es nuestro presente juntos. Para mi solo vale tu mirada, tu risa, tu manera hacerme sentirte cerca, tus ganas de amar sin medidas.




Para mi solo vales tú.



lunes, 1 de agosto de 2011

Días de lluvia.


Y allí me encontraba sentada en medio de todo y de nada. A mi alrededor los árboles daban un encanto casi efímero a el lugar y las gotas de la fría lluvia hacían que aún viera las cosas más nubladas de lo que estaban.

Había perdido la noción del tiempo, casi ni podía asegurar que fuera aquello que adornaba el cielo la luna o por el contrario el sol. El suelo se me antojaba más cómodo de lo normal, no sé si por el mero hecho de que no tenia fuerza alguna para levantar de ahí o que la hierba fresca me hacia sentir algo más viva.

Y cerré los ojos para ahogar mi agonía, y cerré el corazón para que nadie más pudiera entrar. Los recuerdos iban volviendo a mi tan pronto como mi propio pestañeo. Y me vi a mi misma, mis ojos estaban preciosos, de hecho, jamás me había dado cuenta de que brillaban de esa manera. De la manera en la que brillan cuando andas con el corazón medio encogido y el estómago lleno de mariposas que no paran de hacer cosquillas. De la manera en la que brillan cuando esperas la llegada de aquel que te da la risa.

En ese momento aún conservaba esa sonrisa tan mía. Me veía inquieta, pero más aún... me veía ilusionada. Y escuche un ruido detrás de los árboles, por un momento me asuste. Y de la nada apareció él. Y en ese mismo instante el tiempo se paro. Y todo el universo paso a ser una misma cosa, paso a ser él.

Me besó en los labios con su calidez natural, pero ese beso desde el principio me sabio amargo. Lo deje pasar, a veces mi imaginación me jugaba malas pasadas. Entonces me tomo de la mano y nos sentamos en un banco que estaba justo al lado de un enorme árbol repleto de hermosas flores de color morado. Le pregunté como siempre qué tal estaba y cómo le había ido el día. Me respondió con un simple: -Bien, nada interesante. Su cara tenia un ápice de tristeza, algo iba mal.

Tras unas cuantas caricias y besos improvisados, su boca empezó a dejar de escapar palabras que hubiera querido no oír jamás. Incluso tuve ganas de tapar mis oído como niño pequeño que no quiere escuchar la regañina de su madre. Todo iba mal. Había dejado de sentir, había dejado de querer... Esperanzas eran pocas las que me daba, solo un milagro, un giro de 360º era lo que necesitaba.

Sentía que mis ojos estaban a punto de llenarse de lágrimas, pero las retuve como pude. Mis labios solo fueron capaz de pronunciar un Te quiero. Y él entre suspiros y con desgana no era más que capaz de decir que lo sabía. Y yo, ¿yo qué sabia? Entonces me dio la esperanza de cambiar, me dio esa oportunidad que pide un moribundo en el lecho de su muerte. Pero claro me dejo que las cosas debían de cambiar lo imposible, para que todo saliera bien. Me dio un beso en la mejilla y desapareció tan pronto como había llegado.

Y entonces recordé que fue en ese mismo momento en el que me levante buscando su rastro y tras la impotencia caí en medio de aquella nada. Y en ese sitio de aquel enorme bosque, me sentí sola y como el mundo en apenas un instante había pasado de ser algo ilusionador a esperanzador. Creo que fueron lágrimas lo que comenzaron a resbalar por mis mejillas y entonces me hice un ovillo con mi cuerpo, rodee con mis brazos mis rodillas y deje que el tiempo trascurriera sin más. Recordaba entre parpadeos ver la lluvia caer y escuchar los inmensos truenos sobre mi cielo.

Entre el recuerdo y el dolor me deje llevar hasta el punto quizás de dormir, o algo parecido. Y de momento desperté de aquello que estuviera haciendo. Seguía lloviendo, pero la intensidad había disminuido. Por no sentir, no era capaz ni de notar la lluvia sobre mi, pensé que quizás había sido todo un mal sueño. Pero volvía a escuchar entre voces en mi cabeza las palabras de él. Y volví a caer en la cuenta de que todo había sido verdad.

Algo apretaba en mi pecho, algo no me dejaba respirar y mis piernas no respondían a los impulsos que le enviaba mi cerebro. En ese momento el corazón era lo único que me podía guiar.

Por qué siempre tenía que ocurrir lo mismo, por qué siempre que empezaba a querer todo se torcía, por qué a mi nunca me podía salir nada bien. Y entonces recordé sus ojos, y los primeros días que habíamos estado juntos, y recordé que en lo poco o en lo mucho me había querido y se había ilusionado por mi. Sí, ahora quizás todo andaba mal, y la magia ya había medio desaparecido. Pero por qué no tomar esa última esperanza que él me había dado, por qué no cogerla con las manos y agarrarla bien fuerte, había tocado la felicidad con la punta de mis dedos ¿cómo iba a dejar que se me escapara así tan fácilmente?

Mi corazón quiso que mi cuerpo se pusiera en pie y así fue. Me levante ante aquella adversidad, y me jure a mi misma que no volvería a perder a la persona que quería tan rápido, y pensé que hay imposibles que un día consigues sin darte cuenta. Si lo había encontrado a él no me rendiría, quizás sí, podría ser verdad que las cosas deberían de cambiar demasiado para nosotros dos, pero yo queria intentarlo.

A veces las cosas imposibles se consiguen y hace más el que quiere, que el que puede. Corro el riesgo de perder pero al menos lo habré intentado.

Abrí los ojos muy bien y cerré mis puños tan fuerte que casi me hago daño. Me limpie el resto de hierba y tierra. Y recordé que por el merecía la pena.

Las esperanzas son lo último que se pierde.



lunes, 25 de julio de 2011

Para no perder la costumbre.

Cuando las palabras se te clavan como espinas, cuando ni las más lindas de las sonrisas te hace sonreír, cuando no recibes lo que quieres y las dudas inundan hasta la última parte de tu cuerpo, entonces solo entonces, te das cuentas de que aquel sentimiento que creías pequeñito, ha crecido. Sí, ha crecido lo suficiente como para doler.

Ese dolor que te agota, que supera los límites de tu cordura... se hace insostenible en tus manos y va a parar allí, a el mismo lugar que cada pena y cada alegría. A ese rincón que nadie ve pero que todo el mundo sabe que existe. Llamémoslo corazón o de mil y otras maneras. Y entonces los caminos que antes creías abiertos de repente comienzan a cerrarse.

No sabes por donde coger, hacia donde tirar... no sabes si aciertas o fallas. Y una vez más te haces pequeñita, pequeñita ante todo y todos. Y piensas en que vuelves a sentir lo mismo que aquella vez, sí aquella misma vez en la que acabaste triste y sola.

Y te vuelves a ver en el mismo lugar de siempre y todo lo conseguido se desvanece tan rápido como explotar una pompa de jabón. Esa pompa que llevaba guardada dentro la más bellas de las ilusiones, las palabras más hermosas y las sobrecogedoras ganas de querer sin miedo y a loco. Ganas de querer sin arrepentimientos, sin límites... ganas de querer por darlo todo.

Te pierdes en los besos y en las caricias, y te das cuenta que las cosas no siempre como en las películas y así una vez más se desvanece ese idealizado sueño que tenemos todas, ese final feliz, ese cuento de hadas del que nunca has sabido nada, ese príncipe azul que esperabas haber encontrado y al final no resulta mas que ser cualquier otro sapo. Y entonces te das cuenta de que, ni todos los cuentos son mentiras, ni todas las mentiras son cuentos.

miércoles, 13 de julio de 2011

Por que te quiero en mi vida.

Me pregunto a que viene todo esto. Sí, me refiero a mis estados de ánimo, a mis sentimientos, a mis idas y venias... a ese nudo en el estómago y esa sonrisa inocente cuando hablo contigo.

No lo entiendo, no entiendo nada. Hace unos meses pensaba que siempre sería todo igual, que nunca acabarían esos días oscuros, ese sentimiento de pena, esas ganas de nada...

Pensar que nunca volvería a querer como quise, y tras otro intento fallido... apareciste tú. Sin esperarte, sin planearlo, de la nada, de repente y sin avisos. Y apareciste para desmontar mi mundo por completo, para desencajar lo encajado, para hacerme subir al cielo.

Apareciste para mi bien... y sin quererlo de a poquito te he ido queriendo, aunque me cueste reconocerlo y sea difícil de entender, imposible es negar que has llenado mis días de colores. Jamás pensé que en tan poco tiempo podrías cambiar lo que otros dejaron destrozado.

No sé si será esa sonrisa que tanto me gusta, tus ojos con ese brillo especial ese brillo tan tuyo... no sé si quizás sea tus manos acariciándome o tus labios besando los míos, o tus forma de abrazarme de hacerme sentir tuya, protegida, entre nubes de algodón donde nada puede salir mal. Esas discusiones estúpidas que me haces sentir fatal, pero en la que ambos sabemos que siempre siempre acabarán con un te quiero.

Y es ese miedo, si ese propio de mi... es el que me hace retenerme, dejar de caminar y me entran las fobias y las sensaciones absurdas.Y me da por pensar ¿por qué yo y no otra? ¿ verdad o mentira? tu sin embargo me das confianza... me los das todo eres como el aire en mis pulmones o el latir del corazón... cosas que tu no decides que estén ahí pero de manera involuntaria siempre lo están. Y quiero que estén.

No sé si es demasiado pronto para todo esto, si estamos cogiendo el camino equivocado. ¿El camino equivocado? no, no lo creo. Te quiero conmigo, a mi lado. No hay prisas, nadie la tiene. Paso a paso sin equivocaciones.

Que me encanta tus medias sonrisas y tu cara de niño malo, que resulta no ser más que un trocito de estrella caída del cielo. Eres la palabra justa en el momento adecuado, eres todo lo que quiero en mi vida, ni más ni menos.

Sabes... con el miedo y los malos recuerdos no se va ningún lado, así que cojamos los dos y coloquemos el pasado en el lugar mas escondido del mundo donde ninguno de los dos lo podamos encontrarlo. Y entonces solo entonces y cogidos de la mano comenzaremos los dos lo que será, o al menos espero, no solo un presente si no también nuestro futuro juntos.

A tu lado solo quiero sonrisas.



sábado, 11 de junio de 2011

El te odio más bonito.

Ella estaba sentada delante del ordenador como casi todas las noches desde hacía ya algún tiempo. Tenía el auricular del IPod puesto, algo absurdo, ya que lo tenia apagado. Tecleaba a la vez que leía cualquier artículo de algún periódico sin importancia alguna... Echaba de menos a alguien, pero no quería aceptarlo.

Y entonces-como ella estaba esperando inconscientemente- apareció en la esquina de su pantalla esa ventanita que le indicaba que él estaba ahí, que ya había llegado. Y entonces un escalofrío inmenso le recorrió todo el cuerpo, se sentía mal, dolorida emocionalmente por algo que había hecho y no era capaz de perdonarse.

África esperaba recibir un saludo de parte de ese chico, pero sabia que no lo merecía. Pero sin sentido alguno, y para su sorpresa, él hizo de tripas corazón y le hablo.

-Holaa! ¿Qué tal? - estaba temblando, no creía lo que veía, como podía hablarle después de lo mal que se había portado con él- ¿Cómo te ha ido el día?

-Bien, un día normal... Y tú, ¿ Cómo estas? - contestó África.

Habían pasado ya varios minutos y la respuesta se demoraba aún, estaba comenzando a ponerse nerviosa.

- ¿Por qué no nos vemos? Quiero que hablemos -respondió el chico, para sorpresa de África- necesito estar contigo.

- Después de todo lo que te he hecho, ¿te planteas aún quedar conmigo? No lo entiendo.

- Lo único que tienes que entender es que te quiero, me encantas, y estoy dispuesto a luchar por ti independientemente de lo que me hayas hecho o no. Te perdono, empecemos de cero.

En ese momento, África se sintió más culpable que nunca por lo que había hecho. Él la había perdonado, la quería y ella sentía como poco a poco el mundo se le iba cayendo encima.

- Aunque tu me perdones yo jamás olvidaré lo que he hecho, las cosas no volverían a salir bien.

-Confía en mi - le respondió inmediatamente el chico- No tengas miedo, pero no dejes que esto acabe, si no lo intentas nunca sabrás hasta donde puedes llegar.

-Busca a otra que sepa quererte como te mereces, yo no soy la persona adecuada. Quizás mañana salgas a la calle, tropieces con alguna chica y plaf como por arte de magia, sea el amor de tu vida.

-Si mañana salgo a la calle y me tropiezo con alguien, quiero que ese alguien seas tu. Quiero que seas la chica de este año, la del que viene y la de todo los que tu quieras ser. Te quiero a ti.

África no creía lo que estaba leyendo, le estaba demostrando el amor que sentía por ella, la quería. Y ella solo podía sentir miedo y culpabilidad.

- Dime que me odias, dímelo una vez aunque no lo sientas, necesito escucharlo para que esto que siento se haga menos irritante.

-Sabes que no puedo decirte eso- el chico se negaba a decir algo así- No es lo que siento.

-Dímelo, por favor.

- Te odio.

-Te quiero- contesto África sin pensarlo- perdóname.







martes, 26 de abril de 2011

Por el miedo a equivocarme

Todo iba mal, volvía esa tristeza tan mía, sí esa que me deja el corazón encogido, que hacia que lo bueno fuera malo, y lo malo aún peor.

Y sin esperarlo, aparece un destello de luz, de esperanza. Algo bueno en mitad de todo esta tempestad. Algo que puede hacer que las cosas cambien, que mi vida cambie. Y entonces lo pruebo, es algo nuevo, pero no me disgusta. Me hace sonreír, sentir aquellas mariposas en mi estomago, ese pequeño nerviosismo.

Y entonces tú te ilusionas, y quieres más de mí... y yo siento como algo dentro de mí no marcha bien, algo que me aprieta, que me tiene atada, que no me deja querer o que no quiere que quiera.Y me entra el miedo, las sensaciones absurdas, las ganas de correr y no mirar atrás.

Me doy cuenta de cada cicatriz, sí curadas, pero no del todo. Son cicatrices que me pesan en el alma, que no me dejan sentir como sentí en aquel tiempo, que no me dejan disfrutar el momento. Los recuerdos que me dicen que no quiera, y ahí estoy atrapada entre las ganas de querer y el miedo a volver a perder.

Y entonces... ¿qué hago? Perder otra vez, dejar escapar la oportunidad, esconderme, hacerme pequeñita, y pasar el resto de mi vida recordando algo que nunca tuvo un final feliz. Castigarme eternamente por alguien que no quiso saber de mí.

Disfrutaré, me reiré, saltaré hasta las estrellas, volaré,amaré, y sobre todo seré feliz hasta que el tiempo lo permita, y entonces cuando el tiempo se agote que mi corazón decida.

sábado, 2 de abril de 2011

Mi memoria

Cuantas veces hemos deseado borrar un día, un instante, un momento, hasta un año de nuestras vidas a borrarlo todo y vaciar nuestra memoria.

Cuantas veces no deseamos volver a ser niños, vivir todo de nuevo,recuperar lo que se fue o dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Algunos simplemente no esperan nada del tiempo. Da lo mismo regresar o avanzar, simplemente renuncian a que el tiempo continúe su paso y se marchan con lágrimas y un largo adiós.

Si deseáramos en algún momento perder completamente la memoria y pegarnos por ejemplo a la frase "comenzar de nuevo" ¿cuántas cosas no perderíamos? serían como aquellas cosas que se extravían accidentalmente en una mudanza y luego se extrañan.

Perderíamos el calor del primer beso y la sensación de aquel amanecer que fue perfecto. La nostalgia por amores pasados y la inocencia con la que nos entregamos a lo desconocido esa primera vez.

Quedarían atrás los amigos que iban a ser eternos, las cartas que nos hicieron llorar, la primera o última vez que vimos a un gran amor, los brazos más cálidos, el día que pensamos que se iba a caer el mundo, el dolor más hermoso, la sonrisa más esperanzadora, el nacimiento del sentimiento más puro.

¿En realidad comenzamos una vida nueva o matamos otra llena de bellos recuerdos?

Dejamos una vida y un presente que nos da infinitas oportunidades por soñar con un futuro perfecto que no Vale realmente la pena perder la memoria?

lunes, 28 de marzo de 2011

Un poco más...

Esperas que te diga las palabras más sinceras,
esperas que tus dudas se conviertan en certezas,
esperas que yo sienta lo que ya corre por tus venas.

Espero a que hables y me alegres cada día,
espero a que me digas las palabras más bonitas,
espero a que tu entiendas que te entiendo, y me das por entendida.

Esperas y espero, y esperando pasa el tiempo,
los días, las noches...
y todo pasa corriendo y nosotros nos perdemos.

Mientras tu esperas que yo sienta
y yo espero a sentir algo,
tu me dejas de querer y yo quizás te quiera algo.

Tratas de olvidarme, y yo odio que me olvides;
intento quererte pero algo me lo impide,
nada es lo que parece, y todo parece lo que es.

Olvidémonos de todo, de quien eres...
de quien soy, de lo que siento y no siento,
y démonos
la oportunidad de querernos a destiempo.

viernes, 25 de marzo de 2011

Sueños que saben a lo irreal...

Amanece un nuevo día, y la luz comienza a entrar suave, cálida y acogedora entre las largas cortinas de la ventana.

Abro los ojos e instintivamente los vuelo a cerrar. Se esta tan bien. Todavía un poco adormilada me dejo llevar, un pensamiento y otro, y otro más.

Alguien me acaricia la mano, pero no consigo ver su rosto... fuerzo la vista, sin resultado alguno.
No habla, no me habla. Pero si me acaricia y me abraza, y sin entender porque, me siento feliz,
lo estoy. No sé quien es, pero siento que lo quiero, lo tengo que querer.

Y entonces se acerca, mucho, demasiado... pero su rostro sigue irreconocible, como si delante de su cara tuviera una gran mancha borrosa que no me deja ver quien es, necesito saberlo, y por qué eh. ¿Por qué no lo sé?

Ahora nuestras narices se rozan suavemente, y yo me aparto, más veloz que un pestañeo, pero él me agarra de la mano, tan fuerte, tan seguro, tan cercano. Me arrastra hacia él, con ternura y encanto. Me encuentro perdida. Y entonces él me encuentra,roza mis labios suave y delicado, me abraza a la vez, y ahora mis pulmones se llenan de un aliento fantástico. Me dejo llevar envuelta en la locura, cierro los ojos, me hace suya.

Sé quien es, ahora sí lo reconozco. Y entonces un aroma dulce, su aroma, sin duda alguna, es él.
Solo me queda abrir los ojos, y poderlo ver, sé que esta aquí conmigo. Los voy abrir, si los abriré.

Poco a poco, con miedo, los abro... Pero, ¿Dónde estoy? Y entonces otra vez esa luz cálida por la ventana ahora más intensa. Un sueño, todo había sido un sueño.

Me incorporo y miro hacia todos lados, me siento mal. Todo había sido tan real, tan cercano, tan mio y tan nuestro. Pero no estas, ya no estas. Ahora entiendo porque no lograba ver su rostro,
porque en realidad, en mi realidad, no estas.

Sueños que te acercan a las mas profunda locura, al deseo, a lo añorado, a lo que echas en falta, a lo necesario, a lo inevitable, a lo sentido, a lo querido, a lo vivido.

Sueños reales como que tú y yo estamos vivos, tan reales como la verdad que fue verdad y ya solo es pasado.

Sueños que recuerdan a lo recordado, a lo siempre querido, a lo conseguido y a lo amado, a lo probado y jamás olvidado, a las sonrisas seguidas de miradas, a lo importante.

Sueños que no dejan de ser eso, solo sueño, y que quizás ahora, solo ahora, no necesite que sean más que eso.


miércoles, 16 de marzo de 2011

Hace tiempo que dices...



Que a ti ya no te queda nada, nada que perder
Hace tiempo que dices, tienes que volver a ver la tierra bajo tus raíces
Tu no necesitas echar de menos tanto y vuelta a empezar, dos, tres dime y ¿ahora qué?

Sigues viviendo con los milímetros que te quedan
Andando sólo sobre unos pies... que ya no te llevan
No sigas viendo sólo el final de las calles viejas
Que los principios suelen estar donde tú los dejas
Que los principios suelen estar donde tú los dejas...






Maldita Nerea




martes, 15 de febrero de 2011

Siempre conmigo...

Cuando todo trascurre a su propio ritmo, cuando las palabras no tienen mayor importancia de la que tu quieras darle, y parece que todo muy poco a poco vuelve a la normalidad, y quizás esa herida se cerro de pronto.

Cuando sientes alegría en tu corazón, y la ilusión vuelve a el lugar donde siempre estuvo, cuando intentas volver a coger carrerilla para dar ese salto, y dejar caer todos los recuerdos, eliminarlos, olvidarlos... Te das cuenta de que quieres caer con ellos, los rescato, intento volver a cogerlos, los quiero conmigo, siempre a mi lado.

Miedo. Esa es la palabra.

Miedo a olvidar lo que siempre quise, miedo a perder lo que queda de nosotros, miedo a borrarte de mi corazón, miedo a sentir que no exististe, miedo a que el se olvide de mi, miedo a soñar y a que sueñes conmigo, miedo, miedo a perderte, pero ya estas perdido, miedo a ser nada, pero nada soy siempre.

Miedo a olvidarte, a dejar de quererte, a no amarte.

Intento escribirme en la piel, lo que fuimos, lo que somos... que todo se mantenga conmigo, que nada se vaya... Y lo mas curioso es que todo esta ahí, conmigo, en el ricon mas valioso de mi absurdo corazón... Manteniendo tu recuerdo vivo...

Se acabo el buscar pedacitos de recuerdos, dejar ese miedo a un lado, quita, para un momento, esta conmigo, el esta conmigo.

Si se quiso enloquecidamente hasta el punto de poner tu vida en ello, entonces, aseguro que ni si quiera el miedo hace olvidar. Porque los recuerdos, los recuerdos siempre se mantienen vivos.

domingo, 13 de febrero de 2011

Poema 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto

Pablo Neruda

viernes, 21 de enero de 2011

Nuestro lugar de siempre ...



Estoy sentada, en un banco, nuestro banco, el mismo de todos los fines de semana, de todas las vacaciones... el de siempre.

Tengo el ipop encendido y escucho música, algo lento y me relaja. No escucho más que la melodía, y a mi alrededor veo como ellos, mis amigos, están sentados en el bando, dejados de caer en esa valla de colores, de pie junto a la palmera... Todos hablan y se ríen, presos quizás de la sensación de estar todos juntos, sintiéndonos contentos, felices, como en casa, respirando un aire que no es el de todos, es solo el nuestro.

Y por un momento el tiempo se para, y comienzan a pasar a mi alrededor momentos, recuerdos... de cada noche, de cada tarde...

Es viernes, acabo de llegar y allí junto a la palmera, más cerca del banco que de la valla, esta ella, Carmi. Me llama risueña con ganas de contarme y que le cuente, de dejarme sentir con ella. Y me habla, me grita, y saltamos, críticas absurdas de alguien que pasa por allí, y nos pegamos, y sin querer nos miramos, contándonos la verdad más verdadera, risas que se nos escapan y luego un abrazo. Sincero,profundo y sentido... solo como nosotras sabemos hacerlo.

Sábado quizás, un día de navidad, y al lado mía sentada en la valla, Carmen. Las dos nos alejamos un poco, más allá de la palmera. Ella me cuenta secretos, secreto inconfesables, secretos nuestros, nos reímos. Volvemos con el grupo, y al rato, sale de su boca nuestra típica frase: anda, ya estamos todos. Nos miramos y sin que nadie nos entienda, nos entendemos. Una sonrisa de calma en la que le cuento que todo irá bien.

Verano. Y hoy casualmente como pocas veces, esta aquí. Mi Mónica. Nos miramos y no es necesario que le hable para que ella sepa que necesito contarle. Me lleva con ella, me pregunta, quiere que le cuente, y me escucha, se alegra de mi alegría. Y se enfada con mi enfado. Me abraza. Sintiendo las dos, que en esas ocasiones somos como una sola persona.

Invierno. Estoy sentada en la valla, y allí a lo lejos, aparece ella, con su habitual sonrisa. Marina. Me da dos besos. Se sienta en el banco, charlas improvisadas, frases que salen de su boca, porque sí, aunque no vengan al cuento, con su habitual falta de entendimiento. Y las dice porque quiere, porque lo acaba de pensar, las dice porque sino no sería ella. Todos la miramos, y reímos pensando es ella, es Marina.

Un día de verano. Y hay sentado en el banco esta el, Manolito. Lo miro, me mira, reímos. Felices de ser lo que somos primos, sabiendo que somos como hermanos, y a la vez amigos.Un chupito quizás, si el nuestro, como a nosotros nos gusta, contentos. Se va, y ahora falta que me diga a la hora que nos iremos : -Sara a las doce y diez no llegues tarde. Sabiendo en el fondo, que lo haré,llegaré tarde, sin querer. Lo quiero.

Un viernes de invierno. Que frío dios mio. Y llega ella, la apple. Con el cuello desabrigado, tan solo un pañuelo, que lía y deslía sin encontrar la forma de ponérselo. Me llama, y con mirada maliciosa me dice, ponme el pañuelo. Me rió, y jalo de cada uno de los extremos y la dejo un poco sin respiración, ella grita, me echa la bronca, y yo le coloco el pañuelo como a ella le gusta. Nos miramos y nos reímos, sabiendo que entre nosotras cada broma, no es más que eso,nuestras bromas. Mi manzanita.

Viernes de otoño. Alejandro tiene mi móvil,intenta escribir sin saber que no podrá, que aunque lo intente no sabrá hacerlo. Concentrado con alguien más no recuerdo quien, se pelean con el teclado de mi móvil, yo me rió, y les digo que yo ya haría tiempo que habría terminado. Me mira y se ríe, pero no me lleva la contraria, porque sabe de sobra que sería absurdo.Me conoce bien.Me recuerda que al menos el, no toma cola cao esperando que hagan el mismo efecto que los hibuprofenos. Nos reímos.

Un martes si no recuero mal, Raquel, Alvaro y yo aburridos. Todo esta vacío, y parece que por el momento la gente no ocupará los lugares de siempre. Juguemos al monopoly. Más allá de las vallas, cerca de los columpios nos sentamos en el suelo,mirándonos diciéndonos madre mía que vergüenza, como venga alguien... y comenzamos a jugar una partida, que aunque a medias empezadas, nunca se terminó. Risas muchas risas. Y nosotros en medio.

El reloj vuelve a funcionar,y el tiempo comienza a correr de nuevo, ahora suena otra canción, con algo más de ritmo, pero tranquila igualmente. Los sigo mirando a todos, pero ahora con un recuerdo de cada uno de ellos.




Gente que se pasa a saludarnos,que aunque no se sienten con nosotros, son tan amigos como todos.Y gente que pasa pero no saluda claro. Algunos de nosotros que se van a comprar, allí al fondo,y otras que cantan y bailan canciones a lo loco. Historias ocurridas a lo largo de la semana, y que nosotros nos contamos sabiendo que a todos, a cada uno de nosotros nos interesan. Planes divertidos, que normalmente nunca funcionan. Cosas, nuestras cosas.



Y ahora pienso y me pregunto, si sumará todas las horas que hemos pasado, en ese mismo lugar, ese mismo banco, rodeados de los mismo de siempre,horas de fines de semanas, de un verano, otoño e invierno, horas compartiendo paquetes de pipas, pidiendo que nos compren un chicle, saboreando polos veraniegos, comiendo esas bolsitas de chuches, que todos compramos sabiendo que la mitad no nos gustan, horas jugando a las cartas, contando chistes, y discutiendo sobre aquello y lo otro, haciendo comentarios construstivos sobre la gente que pasa por allí, escuchando a ellos decir, ya están criticando...Horas donde algunos que otros nos quedamos enganchados en la valla traicionera, horas donde nos valanceamos en el columpio, horas que simplemente pasamos juntos. Si las sumara todas esas, ¿cuánto tiempo habremos pasado juntos?



Pero lo que poco sabemos, y yo me dí cuenta, es que no puede haber una medida exacta para ese tiempo compartido,no, no la hay. Podemos medirlo en risas y llantos, en verdades y mentiras, en noches tranquilas, y no tan tranquilas, en abrazos...Podemos medirlo con el afecto y el cariño...Y el que sea capaz de medirlo en tiempo, el que sea capaz de situarlos en un reloj, y encontrarnos en el. No sabe todavía lo que tiene, no se paro a pensar como yo lo hago en este momento, no recordó jamás nada de nosotros, no quiso, no lloró ni rió con nosotros.

Porque no hay hora ni relojes que cuenten el tiempo que paso con vosotros, aunque sea mucho o demasiado, a mi, a mi memoria y mis pensamientos siempre, siempre me parecerá poco.

Y si hay algo con lo que yo pueda medir cada ratito, lo haré con las palabras para mi más importantes, AMOR Y AMISTAD.

Gracias por cada noche compartida. Gracias a todos

lunes, 10 de enero de 2011

Al otro lado del cristal...

Nubes esponjosas, rayos de sol que las traspasan, dándole a todo un color anaranjado, ese naranja propio de las mañanas al amanecer...y el cielo azul claro, un azul casi cegador. Al fondo, arena, de un color tostado, y el mar, un mar salado que da una brisa fresca a el ambiente.

Levanto la mirada, y a lo lejos, pero lo suficiente para poder observar con claridad.Al otro lado del cristal en un gran ventanal, una chica, dejada de caer en un gran sofá de piel blanco, más blanco quizás que las nubes.Una chica de cabello rubio ceniza, unos rizos espesos, y deja caer un pequeño mechón sobre su frente.Ojos de un tono marrón con algo de verde, mirada profunda y transparente, apagada,triste,cansada... por el efecto quizás de una noche sin dormir.El tono de su piel blanquecina, una nariz ligeramente graciosa, y la boca con labios carnosos, pero pequeña.

Hace ya más de diez minutos que la contemplo, pero ella se mantiene inmóvil, ni si quiera un ligero parpadeo, ni una mueca. Parece una estatua, o aún algo más que eso, una figurita de cristal, frágil y delicada que se puede romper con apernas rozarla.Tiene al mirada perdida, sabe dios donde. Me pregunto si se dará cuenta de que la estoy mirando, pero sinceramente no me importa.

Sin hacer indicios de ello, de repente se mueve, se incorpora un poco, y recoge su pelo en una improvisada cola alta, apartando de su frente aquel pequeño mechón de pelo.Ahora contemplo sus facciones con mayor claridad, parece una chica, con rasgos maduros, pero que no deja de ser una niña.

Se vuelve a dejar de caer sobre el brazo del sofá, pero ahora de una manera distinta, mas natural... Parece que espera algo, busca con la mirada, busca olvido y perdón, afecto y cariño, busca llanto cubierto de risas, locura y pasión, amor... busca amor. Espera el final de algo, algo que no terminó, espera y espera algo... que quizás nunca ocurra.

Me invade la tentación de correr hacia su puerta, llamar al timbre y preguntarle cómo se llama, y qué es lo que le pasa, pero pronto se me pasa. Alguien me llama desde el fondo de mi casa, pero apenas hago caso.

Miro a la chica y tengo la sensación de conocerla de toda una vida, sin apenar darse cuenta me esta contando con esos ojos una historia, su historia. Llena de idas y venidas, y palabras que huelen a desamor, palabras dolorosas y las mas hermosas también, llenas de muestra de afecto y quizá también en algún momento de desprecio...cosas que le marcaron,y a pesar del esfuerzo no consigue olvidar.

De momento la chica se levanta, lleva puesto un camison de seda color marfil, lo que la hace algo mas pálida, y apenas deja contemplar su silueta, aunque se aprecia que no es de gran estatura. Se deja caer la melena, una larga cabellera que le cae casi a la altura de la cintura. Mira a través del cristal con un matiz de dolor en el rostro, y dándose la vuelta con pasos de bailarina, elegantes y que le hace parecer que levanta los pies del suelo y camina sobre la nada, desaparece a lo lejos.

Desde entonces, desde esa mañana me paso 20 maravillosos minutos observando a esa chica, siempre con la misma mirada, realizando las mismas acciones... 20 minutos en los que me encuentro total y absurdamente enamorado de una mujer que ni si quiera he tocado.

Mantengo esa sensación, y es que casi puede saber cual es su olor, podría incluso decir como es el tacto de su piel, fría seguro, tan fría como el hielo.Me pregunto quien fue el que le hizo daño, o cual es su verdadera historia, quizás si hizo algo para merecer eso... me pregunto quien es en realidad, como es detrás de esa ventana, cual es el tono de su voz, o como se llama.

Dicen que el amor a primera vista no existe, pero yo puedo asegurar y aseguro que si existe que es tan verdadero como otro cualquiera. Es algo inmenso.

Y que esa chica, lleva su historia escrita en los ojos, y los recuerdos pegados a la piel, piel de la cual intenta desacerse y a pesar de los esfuerzos no consigue.Quizás algún día gane la batalla.