jueves, 13 de octubre de 2011

La perfección en persona.

Si tuviera que colocar la palabra perfección, en algún lugar, en algún objeto, en cualquiera de las miles de cosas que me rodean, sin duda alguna, la colocaría en ti. Si alguien me preguntara por qué...

Comenzaría a describirte, pero solo como yo te conozco... Y empezaría por tus ojos, esos que dan vida solo con mirarlos, esos mismos donde noto cuando algo no va bien, esos que reflejan la superación diaria, la madurez inhumana, el miedo a nada. Ojos de mirada profunda, y de profunda mirada.

Y seguiría por tu boca, puertas del paraíso de tus besos. Besos tiernos con sabor a caramelo. Boca que habla sabiendo callar, boca que espanta cada malo recuerdo, boca que desprende el alieno más dulce, boca que susurra y pronuncia sin miedo los te quiero más verdaderos que jamás nadie escucho.

Déjame hablar de tus manos. Las más tiernas que conocí en mucho tiempo. Manos que tienen la capacidad de secar lágrimas y dibujar sonrisas, esas mismas que me acarician en las tarde tranquilas, las que me agarran y jamás me sueltan. Las que quiero apretar bien fuerte el resto de mi vida.

Quizás tengas la innata capacidad de hacerme reír y llorar a la vez. Sí, la tienes. Puedes poner mi mundo del revés, pues hacer de lo malo algo bueno, y de lo bueno algo malo. Ya que no siempre es lo malo lo peor y lo bueno lo mejor.

Y tu forma de ser, de ver las cosas... me toma, me lleva, me arrastra... allí por donde vas, siempre te sigo. Y te apoderas de mi cuerpo. Y me besas como a mi me gusta, como tu sabes hacerlo. Me abrazas, me haces cosquillas, me acaricias la mejilla... una, dos, tres veces más y ya estoy perdida.

Eres la perfección en las noches de lunas, de los días claros. Eres la brisa fresca del mar en las playas desiertas. La lluvia que moja, y limpia el ambiente. La humedad que rocía los pétalos de las flores en primavera. Un cielo estrellado. Eres el silencio de un ángel, eres el que todo lo calma.

Deja las modestias a parte, y no subestimes mi encanto... que yo por ser como soy, elegí tu risa, elegí tu llanto. Tienes todo lo que busco, me das todo lo que pido, eres todo lo que quiero, y te quiero aquí conmigo. Así que lo crean o no, eres lo mas cercano a la perfección que conozco, porque por mucho que digan no, pues si, para mi la perfección existe, y se asemeja a ti. Y lo eres porque no pretendes serlo.

Porque la perfección no consiste en ser perfecto ante los ojos del mundo, si no en serlo para la persona que pretende ser tu mundo.

Y tú para mi, eres perfecto.





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