lunes, 10 de enero de 2011

Al otro lado del cristal...

Nubes esponjosas, rayos de sol que las traspasan, dándole a todo un color anaranjado, ese naranja propio de las mañanas al amanecer...y el cielo azul claro, un azul casi cegador. Al fondo, arena, de un color tostado, y el mar, un mar salado que da una brisa fresca a el ambiente.

Levanto la mirada, y a lo lejos, pero lo suficiente para poder observar con claridad.Al otro lado del cristal en un gran ventanal, una chica, dejada de caer en un gran sofá de piel blanco, más blanco quizás que las nubes.Una chica de cabello rubio ceniza, unos rizos espesos, y deja caer un pequeño mechón sobre su frente.Ojos de un tono marrón con algo de verde, mirada profunda y transparente, apagada,triste,cansada... por el efecto quizás de una noche sin dormir.El tono de su piel blanquecina, una nariz ligeramente graciosa, y la boca con labios carnosos, pero pequeña.

Hace ya más de diez minutos que la contemplo, pero ella se mantiene inmóvil, ni si quiera un ligero parpadeo, ni una mueca. Parece una estatua, o aún algo más que eso, una figurita de cristal, frágil y delicada que se puede romper con apernas rozarla.Tiene al mirada perdida, sabe dios donde. Me pregunto si se dará cuenta de que la estoy mirando, pero sinceramente no me importa.

Sin hacer indicios de ello, de repente se mueve, se incorpora un poco, y recoge su pelo en una improvisada cola alta, apartando de su frente aquel pequeño mechón de pelo.Ahora contemplo sus facciones con mayor claridad, parece una chica, con rasgos maduros, pero que no deja de ser una niña.

Se vuelve a dejar de caer sobre el brazo del sofá, pero ahora de una manera distinta, mas natural... Parece que espera algo, busca con la mirada, busca olvido y perdón, afecto y cariño, busca llanto cubierto de risas, locura y pasión, amor... busca amor. Espera el final de algo, algo que no terminó, espera y espera algo... que quizás nunca ocurra.

Me invade la tentación de correr hacia su puerta, llamar al timbre y preguntarle cómo se llama, y qué es lo que le pasa, pero pronto se me pasa. Alguien me llama desde el fondo de mi casa, pero apenas hago caso.

Miro a la chica y tengo la sensación de conocerla de toda una vida, sin apenar darse cuenta me esta contando con esos ojos una historia, su historia. Llena de idas y venidas, y palabras que huelen a desamor, palabras dolorosas y las mas hermosas también, llenas de muestra de afecto y quizá también en algún momento de desprecio...cosas que le marcaron,y a pesar del esfuerzo no consigue olvidar.

De momento la chica se levanta, lleva puesto un camison de seda color marfil, lo que la hace algo mas pálida, y apenas deja contemplar su silueta, aunque se aprecia que no es de gran estatura. Se deja caer la melena, una larga cabellera que le cae casi a la altura de la cintura. Mira a través del cristal con un matiz de dolor en el rostro, y dándose la vuelta con pasos de bailarina, elegantes y que le hace parecer que levanta los pies del suelo y camina sobre la nada, desaparece a lo lejos.

Desde entonces, desde esa mañana me paso 20 maravillosos minutos observando a esa chica, siempre con la misma mirada, realizando las mismas acciones... 20 minutos en los que me encuentro total y absurdamente enamorado de una mujer que ni si quiera he tocado.

Mantengo esa sensación, y es que casi puede saber cual es su olor, podría incluso decir como es el tacto de su piel, fría seguro, tan fría como el hielo.Me pregunto quien fue el que le hizo daño, o cual es su verdadera historia, quizás si hizo algo para merecer eso... me pregunto quien es en realidad, como es detrás de esa ventana, cual es el tono de su voz, o como se llama.

Dicen que el amor a primera vista no existe, pero yo puedo asegurar y aseguro que si existe que es tan verdadero como otro cualquiera. Es algo inmenso.

Y que esa chica, lleva su historia escrita en los ojos, y los recuerdos pegados a la piel, piel de la cual intenta desacerse y a pesar de los esfuerzos no consigue.Quizás algún día gane la batalla.






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