martes, 1 de abril de 2014

Cambiando.

Los días pasan, y se van llevando los restos de tristeza. Cuando suena el despertador por la mañana, abro los ojos miro todo lo bueno que tengo, sonrío, y doy las gracias. Quizás últimamente no haga otra cosa que eso, dar las gracias, a todos y por todo. A mi familia por quererme, a mis amigos por soportarme en mis peores días, a mi armario por tener tanto fondo, al sol por salir en mis mañanas más nubladas, a el chico que me atiende en la cafetería, a la señora de la tienda de ropa, a mi querida abuela por cuidarme desde el cielo. Así todo es más fácil, sonreír y dar las gracias, algo tan sencillo y que muy poca gente hace. Yo antes no lo hacia.

Cuando paso frente al espejo y miro mis ojos, casi no me lo creo, pero brillan. Brillan de ilusión, no porque estén mojados. Y entonces sonrío y otra vez doy las gracias, a quien sea, a lo que sea, pero gracias por devolverme la ilusión.

Mi corazón, o quizás mi cuerpo entero, dio la vuelta como un calcetín. Desde que sé que la mejor opción para ser feliz, es sentirte bien. Es un constante sube y baja de sorpresas. A veces me da miedo, las sorpresas siempre me dan miedo, pero aún así me encantan. Porque no sé lo que viene después, porque vivo con la ilusión de qué pasará mañana.

Y no, no voy a negarlo. Tengo días malos, horribles quizás... y no, claro que no me he olvido, ni creo que lo haga en un tiempo. Pero sí me he superado, soy fuerte, me enfrento a cada día con la mejor de mis sonrisas. No voy a vivir estancada en el recuerdo de lo que nunca más será. Voy a salir a la calle, voy a pisar bien fuerte este mundo, para que todos se enteren de que estoy aquí. Porque no, no me he rendido.

Abril, sé que me vas a traer tantas cosas buenas como yo alcance a imaginar. Estoy totalmente dispuesta a recibir. Sé que esta nueva aventura solo acaba de empezar. Y sé que a la vuelta de la esquina, en la próxima parada, muchas cosas buenas esperan para recibirme. Y es que las cosas comienzan a encajar con perfección absoluta cuando estamos concentrados en lo que queremos.

Y a ti querido lector, si es que algún día alguien llega a parar a esta entrada, si alguien me está leyendo. Se feliz, no por nadie ni con nadie. Sé feliz tú mismo y entonces todo, comenzará a cambiar.

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