viernes, 25 de marzo de 2011

Sueños que saben a lo irreal...

Amanece un nuevo día, y la luz comienza a entrar suave, cálida y acogedora entre las largas cortinas de la ventana.

Abro los ojos e instintivamente los vuelo a cerrar. Se esta tan bien. Todavía un poco adormilada me dejo llevar, un pensamiento y otro, y otro más.

Alguien me acaricia la mano, pero no consigo ver su rosto... fuerzo la vista, sin resultado alguno.
No habla, no me habla. Pero si me acaricia y me abraza, y sin entender porque, me siento feliz,
lo estoy. No sé quien es, pero siento que lo quiero, lo tengo que querer.

Y entonces se acerca, mucho, demasiado... pero su rostro sigue irreconocible, como si delante de su cara tuviera una gran mancha borrosa que no me deja ver quien es, necesito saberlo, y por qué eh. ¿Por qué no lo sé?

Ahora nuestras narices se rozan suavemente, y yo me aparto, más veloz que un pestañeo, pero él me agarra de la mano, tan fuerte, tan seguro, tan cercano. Me arrastra hacia él, con ternura y encanto. Me encuentro perdida. Y entonces él me encuentra,roza mis labios suave y delicado, me abraza a la vez, y ahora mis pulmones se llenan de un aliento fantástico. Me dejo llevar envuelta en la locura, cierro los ojos, me hace suya.

Sé quien es, ahora sí lo reconozco. Y entonces un aroma dulce, su aroma, sin duda alguna, es él.
Solo me queda abrir los ojos, y poderlo ver, sé que esta aquí conmigo. Los voy abrir, si los abriré.

Poco a poco, con miedo, los abro... Pero, ¿Dónde estoy? Y entonces otra vez esa luz cálida por la ventana ahora más intensa. Un sueño, todo había sido un sueño.

Me incorporo y miro hacia todos lados, me siento mal. Todo había sido tan real, tan cercano, tan mio y tan nuestro. Pero no estas, ya no estas. Ahora entiendo porque no lograba ver su rostro,
porque en realidad, en mi realidad, no estas.

Sueños que te acercan a las mas profunda locura, al deseo, a lo añorado, a lo que echas en falta, a lo necesario, a lo inevitable, a lo sentido, a lo querido, a lo vivido.

Sueños reales como que tú y yo estamos vivos, tan reales como la verdad que fue verdad y ya solo es pasado.

Sueños que recuerdan a lo recordado, a lo siempre querido, a lo conseguido y a lo amado, a lo probado y jamás olvidado, a las sonrisas seguidas de miradas, a lo importante.

Sueños que no dejan de ser eso, solo sueño, y que quizás ahora, solo ahora, no necesite que sean más que eso.


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