miércoles, 18 de junio de 2014

Incoherencia.

Hace ya... bueno hace tiempo que te fuiste. Hoy te pienso y te siento de una manera tan extraña. A veces siento que nunca estuviste en mi vida, que fuiste uno más de todos mis sueños. Entonces me miro a las manos y siento las tuyas. Entonces cierro los ojos y escucho tu risa. Y es que esa risa no puede ser soñada, porque cuando reías era el sonido mas vivo y real que jamas podía oír.

Sabes... creo que ya no estoy enamorada de ti, es más creo que mi amor se ha consumido. Es irónico pero todo este tiempo lo único que me ha mantenido con vida era ese amor tan absurdo e insignificante que sentía por ti. Un amor no correspondido, un amor roto a pedazos, un amor desgastado, consumido, traicionado... pero el amor más verdadero que mi corazón pueda llegar a sentir.

Y resultará extraño pero vivía enamorada de nosotros, vivía de nuestros recuerdos, de nuestras risas... Y ahora, ahora solo siento miedo a olvidarlo. Miedo a cerrar los ojos y no poder ver los tuyos, miedo a no recordar tu olor, miedo a olvidarte... Porque parte de mi sigue en ti, y es como si olvidándome de ti, yo dejara de ser yo. O al menos un yo un poco menos sin ti.

Sé que jamás podrás llegar a comprenderlo, sé que mi corazón era demasiado grande para ti. Pero me daba igual sabes... me daba igual cuantas veces me hicieras daño. Ignoraba cada vez que rompías mi corazón porque tu imperfección resultaba ser perfecta para mi. Porque te quería sin más, te quería a ti, tan desastre, tan orgulloso y tan doloroso como siempre.

Y es que tu querido compañero me rompiste en mil pedazos una y otra vez, sin darte cuenta que aunque tu por mi no morías, a mi me matabas cada vez. Porque eso es el amor ¿no? Morir amando, y matar por el. Y bien saben todos cariño, que yo por ti paraba el mundo, me arrancaba la piel y hacia de tu boca mi propia religión.

Es una pena que tu, con tus impulsos de hombre cobarde acabaras con este amor de aquella forma tan cutre y desentonada. Pero al fin y al cabo tu eras eso, la nota que nunca encajaba en mi melodía. La culpa fue mía por intentar afinar tu corazón, y es que se me olvidaba que los instrumentos cuando no se utilizan comienzan a desafinar.

Pero esto entre tu y yo, aunque te fueras de tono, eras mi melodía favorita. Eras como estas canciones que al principio chirrían, pero luego no puedes dejar de escuchar una y otra vez.

Y con esto no te digo ni que te quiera, ni que te odie. Simplemente que estas dejando de dolerme, y aunque ese hecho me asuste, sé que siempre habrá algo que me recuerde a ti. Y créeme a mi me da igual que hayas dejado de pensar en mi, me da igual que dejaras de quererme y que sea otra la que caliente tu piel.

Porque lo que tu y yo vivimos, entre nosotros quedará, y aunque por momentos con mi vida pedazos hicieras, para ti la palabra perdón siempre estará. Porque supongo que por muy jodido que fueras, eres de esas personas que te cambian sin más, y aunque orgullosa viva y muera, contigo el orgullo siempre tiene final. Orgullo con el que siempre diré que parte de mi vida formaste, porque aunque a base de llantos lo hicieras, tu a mi... Tu a mi me has hecho mujer.




No hay comentarios:

Publicar un comentario